El 25 de abril es el día de San Marcos y en nuestra zona es costumbre que las madrinas regalen a sus ahijadas y ahijados una tarta típica, la opila, hasta que éstos se casen. El reparto se suele hacer la víspera, y el día 25 los jóvenes van al monte o a la playa con sus amigos a comer con el pastel.
La decoración varia según la pastelería, pero hay algunos elementos comunes: el chito, los huevos (antes sólo huevos cocidos teñidos de rosa fuerte y ahora más de chocolate), los confetis de colores, caramelos y plumas. En la mayoría de las pastelerías de Hondarribia, las opilas de cierto tamaño tienen 2 pisos, como ésta.
Ingredientes:
- 6 huevos
- 50 gr maicena +50 de harina
- 100 gr azúcar glas
Encender el horno a 180ºC.
Batir las claras a punto de nieve. Aparte, batir las yemas con el azúcar hasta que blanquee y espume bastante, añadiéndole luego la harina y batiendo más.
Añadir una cuarta parte de las claras y con cuidado mezclar, con movimientos envolventes. Cuando esté bien mezclado, añadir la mitad del resto y volver a mezclar con cuidado. Finalmente añadir el resto de las claras, y mezclar. Como es una masa sin levadura, es importante que quede bien ligera, para que el bizcocho final quede alto.
Hornear 15 min. Enseguida se hace.
Sacar del molde en caliente y colocar sobre un plato. Se puede colocar enseguida los huevos duros encima, de manera que quede el hueco típico de las opilas.
Verter sobre el bizcocho un almíbar ligero ( agua y azúcar al fuego unos 5-10 min, sin que caramelice ni espese demasiado) para que se empape y por dentro esté jugoso.
Calentar un poco de mermelada de albaricoque con algo de agua, mezclando bien, y colocar una capa fina sobre el bicocho. Le da brillo y un color más naranja.
Adornar al gusto.
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